Comentario
De la manera que está situada la ciudad de los Reyes, y de su fundación, y quién fue el fundador
El valle de Lima es el mayor y más ancho de todos los que se han escripto de Tumbez a él; y así, como era grande, fue muy poblado. En este tiempo hay pocos indios de los naturales, porque, como se pobló la ciudad en su tierra y les ocuparon sus campos y riegos, unos se fueron a unos valles y otros a otros. Si de ventura han quedado algunos, ternán sus campos y acequias para regar los que siembran. Al tiempo que el adelantado don Pedro de Albarado entró en este reino hallóse el adelantado don Francisco Pizarro, gobernador dél por su majestad, en la ciudad del Cuzco. Y como el mariscal don Diego de Almagro fuése a lo que apunté en el capítulo que trata de Ríobamba, temiéndose el adelantado no quisiese ocupar alguna parte de la costa, abajando a estos llanos, determinó de poblar una ciudad en este valle. Y en aquel tiempo no estaba poblado Trujillo ni Arequipa ni Guamanga, ni las otras ciudades que después se fundaron. Y como el gobernador don Francisco Pizarro pensase hacer esta población, después de haberse visto el valle de Sangalla y otros asientos desta costa, abajando un día con algunos españoles por donde la ciudad está agora puesta, les pareció lugar convenible para ello y que tenía las calidades necesarias; y así, luego se hizo la traza y se edificó la ciudad en un campo raso deste valle, dos pequeñas leguas de la mar. Nace por encima della un río a la parte de levante, que en tiempo que en la serranía es verano lleva poca agua, y cuando es invierno va algo grande, y entra en la mar por la del poniente. La ciudad está asentada de tal manera que nunca el sol toma al río de través, sino que nace a la parte de la ciudad, la cual está tan junto al río que desde la plaza un buen bracero puede dar con una pequeña piedra en él, y por aquella parte no se puede alargar la ciudad para que la plaza pudiese quedar en comarca; antes, de necesidad, ha de quedar a una parte. Esta ciudad, después del Cuzco, es la mayor de todo el reino del Perú y la más principal, y en ella hay muy buenas casas, y algunas muy galanas con sus torres y terrados, y la plaza es grande y las calles anchas, y por todas las más de las casas pasan acequias, que es no poco contento; del agua dellas se sirven y riegan sus huertos y jardines, que son muchos, frescos y delitosos. Está en este tiempo asentada en esta ciudad la corte y chancillería real; por lo cuál y porque la contratación de todo el reino de Tierra Firme está en ella, hay siempre mucha gente y grandes y ricas tiendas de mercaderes. Y en el año que yo salí deste reino había muchos vecinos de los que tenían encomienda de indios, tan ricos y prósperos que valían sus haciendas a ciento y cincuenta mil ducados, y a ochenta, y a sesenta, y a cincuenta, y algunos a más y otros a menos. En fin, ricos y prósperos los dejé a todos los más; y muchas veces salen navíos del puerto desta ciudad que llevan a ochocientos mil ducados cada uno, y algunos más de un millón. Lo cual yo ruego al todopoderoso Dios que, como sea para su servicio y crecimiento de nuestra santa fe y salvación de nuestras ánimas, él siempre lo lleve en crecimiento. Por encima de la ciudad, a la parte de oriente, está un grande y muy alto cerro, donde está puesta una cruz. Fuera de la ciudad, a una parte y a otra, hay muchas estancias y heredamientos, donde los españoles tienen sus ganados y palomares, y muchas viñas y huertas muy frescas y deleitosas, llenas de las frutas naturales de la tierra, y de higueras, platanales, granados, cañas dulces, melones, naranjos, limas, cidras, toronjas y las legumbres que se han traído de España; todo tan bueno y gustoso que no tiene falta, antes digo por su belleza para dar gracias al gran Dios y Señor Nuestro, que lo crió. Y cierto, para pasar la vida humana, cesando los escándalos y alborotos y no habiendo guerra, verdaderamente es una de las buenas tierras del mundo, pues vemos que en ella no hay hambre, ni pestilencia, ni llueve, ni caen rayos ni relámpagos, ni se oyen truenos, antes siempre está el cielo sereno y muy hermoso. Otras particularidades della se pudieran decir; mas, pareciéndome que basta lo dicho, pasaré adelante, concluyendo con que la pobló y fundó el adelantado don Francisco Pizarro, gobernador y capitán general en estos reinos, en nombre de su majestad el emperador don Carlos, nuestro señor, año de nuestra reparación de 1530 años.